Cómo plantear tus propósitos de año nuevo

Empieza un año nuevo y a nuestro alrededor muchas personas se plantean propósitos que les gustaría cumplir a lo largo de los próximos 12 meses. Sin embargo todos sabemos que muchos de esos propósitos no llegarán a materializarse. ¿Quieres saber por qué?

Por qué no cumplimos nuestros propósitos de año nuevo

Las metas o propósitos ayudan a mejorar nuestra calidad de vida, eligiendo en qué actividades invertimos una buena parte de nuestra energía y tiempo. Sin ellas, es habitual encontrarnos en una vorágine del día a día que nos lleva a actuar como autómatas: desayuno-trabajo-comida-tele-trabajo-cena-tele-dormir y vuelta a empezar. Esta inercia es la que en numerosas ocasiones provoca que los propósitos se acaben abandonando, especialmente cuando hablamos de cambiar hábitos relacionados con la alimentación o la actividad física. Veamos algunos de los obstáculos a los que nos enfrentamos cada vez que intentamos cumplir nuestros propósitos:

Un propósito es una meta y para conseguir una meta es bueno plantearse objetivos que nos acerquen a ella. Cuando tratamos d definir esos objetivos a veces somos demasiado optimistas, lo que hace que nos resulte difícil alcanzar nuestras metas, tratar de ser realistas y que las metas y objetivos sean asumibles es fundamental.

En segundo lugar no podemos abarcarlo todo, en muchas ocasiones empezamos el año con un montón de propósitos, pero es mucho mejor centrarse en uno o dos y conseguirlos que tratar de llevar a cabo 5 o 6 y que todos queden a medias.

En tercer lugar las metas deben ser importantes para ti. Muchas veces nuestros propósitos vienen motivados por lo que nos dicen otras personas o por lo que vemos que hacen, incluso nos planteamos propósitos por lo que socialmente está bien visto. Sin embargo un propósito será mucho más difícil de cumplir si no es algo que realmente nos importe. Así que plantéate si algo es realmente relevante para ti antes de empezar a proponértelo.

Y en último lugar muchas veces no tenemos en cuenta el coste de llevar a cabo nuestros propósitos, no se trata de un tema económico, sino lo que nos cuesta implicarnos en nuevos hábitos y realizar cambios en nuestras rutinas. Por eso es importante que incorporemos recompensas (los objetivos más pequeños que nos acercan a una meta grande) que nos ayuden a mantenernos motivados por nuestro propósito.

La fuerza de voluntad y los propósitos de año nuevo

¿Cuántas veces habrás escuchado eso de “ay, es que yo no tengo fuerza de voluntad para…”? Cientos, seguro, incluso puede que lo hayas dicho tú, pero, ¿dónde reside la fuerza de voluntad? ¿es algo que está dentro de ti? ¿dónde?

Pues no, porque la fuerza de voluntad como ente no existe, sino que es fruto del aprendizaje y, sobre todo, el contexto. Por un lado podemos entrenar la capacidad de anticipar los beneficios que se derivarán de hacer algo cuando estos beneficios se producen a largo plazo, por ejemplo, quienes estudian una oposición y persisten es porque son capaces de anticipar los beneficios (el aprobado en primer lugar, el trabajo fijo para toda la vida, etc.) y que esto prime más que los beneficios a corto plazo de no estudiar (salir, descansar, ver la tele…). 

En cuanto al contexto (mi parte favorita sin duda alguna), se trata de crear las condiciones para que las cosas pasen. Seguro que si echas la vista atrás ha habido algún momento en el que sí has tenido fuerza de voluntad, si te paras a pensar bien verás que probablemente el contexto te estaba ayudando a seguir esa meta. Te pongo un ejemplo, en mi caso hago deporte por salud y por ganar fuerza y verme mejor, esto lo llevo haciendo años pero no de forma constante, he tenido etapas de estar muy “on fire” con el deporte y etapas de hacer muy poco. Ahora mismo estoy en una etapa buena, ¿por qué? Porque en mi lugar de trabajo tengo todo lo que necesito para entrenar, con lo que resulta muy fácil para mí buscar un hueco entre consultas para cambiarme, entrenar, darme una duchita y seguir con mi día. No me supone más esfuerzo que el de bajar unas escaleras. Este cambio en el contexto ha hecho que pasara de entrenar como mucho 1 día a la semana a entrenar un mínimo de 3 o 4.

Siguiendo con el contexto y ejemplo del deporte, cambios que podemos introducir para que las cosas pases (es decir, para hacer que nos cueste menos entrenar) pude ser dejarse toda la ropa y material de entreno preparado el día anterior o unas horas antes, así será más difícil que procrastines; si el propósito fuera llevar una alimentación más saludable te ayudaría a cumplirlo no comprar alimentos indeseables. También te pueden ayudar herramientas externas como recordatorios en el móvil o en el calendario, escribir las actividades en una agenda, compartir el propósito con más gente y quedar para hacerlo o tener un grupo en el que compartir las experiencias y motivaros mutuamente.

Otra forma de tener tus propósitos presentes es hacer un mural o un mosaico para verlo cada día… tener en mente aquello que conseguiremos nos hará rozar esa satisfacción que sentiremos y estaremos más motivados para persistir con nuestros propósitos.

Cómo conseguir cumplir tus propósitos: objetivos SMART

Teniendo claro todo lo anterior, algo que te puede ayudar a cumplir tus metas es dividirlas en objetivos siguiendo la regla SMART,, es decir, que los objetivos que te marques sean:

Específicos: qué vas a hacer, cómo lo vas a hacer, para qué lo vas a hacer… concretarlo al máximo posible. Por ejemplo, entrenar más no es un objetivo específico, sí lo sería entrenar fuerza 2 veces por semana durante 30 minutos cada día.

Medibles: muy relacionado con el apartado anterior, si tengo claro qué tengo que entrenar, cuántas veces y durante cuanto tiempo podré saber si al final de la semana he cumplido el objetivo o no. 

Alcanzables: de nuevo, guarda mucha relación con lo anterior. Si venimos de no entrenar nunca y nos proponemos entrenar 6 días a la semana será muy costoso y complicado para nosotros llevarlo a cabo. Sin embargo podemos empezar por 2 días a la semana, y al definirlo como hemos establecido, es decir, al hacerlo medible nos servirá para incrementar nuestro objetivo si es el caso. Por ejemplo, cuando cumplamos esos entrenos durante 1 mes al siguiente mes podremos proponernos entrenar 3 veces a la semana, así podremos incrementar la dificultad de nuestra meta sin frustrarnos desde un inicio.

Relevantes: la característica fundamental de tus objetivos, si no son importantes para ti será muy difícil que los mantengas en el tiempo. No te propongas entrenar porque es lo que hace todo el mundo o porque te han dicho que has cogido unos kilos. Propóntelo si de verdad crees que es importante para cuidar tu salud o porque realmente sabes que al practicar deporte tu estado de ánimo mejora y te hace sentir bien.

Temporalizables: definir plazos, si no tenemos unos plazos es fácil que nos dejemos llevar por la pereza. Los plazos, los calendarios, los planificadores semanales… todo ello nos ayuda a comprometernos con nuestros propósitos y a cumplir los objetivos.

¿Y si estoy cumpliendo con mis propósitos? Celébralo

Una vez vayas cumpliendo objetivos o acercándote a ellos no dudes en felicitarte por cada logro, bien sea verbalmente o con algún tipo de recompensa: ir al cine a ver esa peli que te gusta tanto, hacerte un plato especial de comida, comparte algo que te hace especial ilusión o simplemente celebrarlo con tus amigos y familiares para que sea cómplices de tu éxito. Si solo esperamos al final de la meta para celebrarlo será más fácil que nos frustremos a lo largo del camino, así que celebra siempre.

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